POR: MARIANA CANSECO
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Muestras de respeto, agradecimiento y profundo dolor se vivieron ayer en la Santa Iglesia Catedral, durante la misa de cuerpo presente del Dr. Gustavo Ruiz Soto, hombre íntegro y de valores, como lo reconocieron sus familiares y amigos que asistieron a darle el último adiós.
“Nuestra fe nos conforta y nos asegura que Cristo vive eternamente y que el amor que nos tiene es más fuerte que la misma muerte”, se reconoció durante la homilía.
Ahí, ante el féretro, hubo palabras de agradecimiento por haber formado parte de sus vidas, por haberlos hechos tan felices.
En esos espacios del templo de San Felipe Neri nuestra Catedral quedan los ecos de las palabras de la bondad de Dios a quien encomendaron el alma del Dr. Ruiz, con la firme esperanza de que resucitará en el último día con todos los que han muerto en Cristo. Por ello dieron las gracias, las gracias por todos los dones con los que el Creador lo cubrió a lo largo de su vida.
Al final de la misa, sus nietos se acercaron al féretro y le leyeron unas palabras de amor, a quien le dieron las gracias por ser “el mejor abuelo”, así como un hombre cariñoso y lleno de sabiduría