Por Enrique Zamudio
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Soriano, Colón.- Ante cerca de 4 mil fieles representantes de los Consejos Parroquiales de la Diócesis de Querétaro, el Nuncio Apostólico en México, Mons. Joseph Spiteri, destacó el empeño de la comunidad cristiana de Querétaro para el desarrollo de la vida y de la misión de la comunidad eclesial diocesana.
Al presidir la Solemne Ceremonia Eucarística, Mons. Joseph Spiteri dijo que todos nosotros tenemos una responsabilidad en la Iglesia no son solamente los obispos y los sacerdotes que están al servicio del pueblo de Dios, sino que cada bautizado que ama a Cristo tiene la posibilidad de ayudar para edificar la comunidad cristiana para animar la comunión fraterna y ofrecer un servicio de caridad y de atención para con los más desamparados.
Mons. Spiteri expresó su alegría de ver que en esta Iglesia particular de Querétaro se está tomando muy en serio la participación de todos los bautizados en el desarrollo de la vida y de la misión de la comunidad eclesial diocesana.
“Su presencia aquí y su respuesta a las cartas pastorales de vuestros obispos, de vuestro obispo, confirman claramente este empeño. Muchos de ustedes están aquí porque son miembros activos de los varios consejos de pastoral en las distintas parroquias”.
Dijo que como devotos de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano utilizan el símbolo distintivo del pañuelo para significar este ministerio de ser embajadores de la Virgen y recordarnos nuestra misión de consolar a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu.
“Es ciertamente un servicio eclesial que necesitamos de verdad”.
“Esta es la mejor manera para venerar a nuestra Madre Dolorosa patrona, llena de ternura y Patrona siempre fiel que su pañuelo sea siempre señal de ternura y de ayuda concreta que podemos ofrecer esta ayuda concreta a todos los necesidades a pesar de nuestra pequeñez y de nuestras posibilidades limitadas”.
Inspirado en San Pablo, Mons. Joseph Spiteri dijo que “la Palabra de Dios no puede nunca estar encadenada. Entonces esto nos da mucha esperanza, no debemos encadenarla nosotros con nuestro egoísmo; no podemos encadenar la Palabra de Dios con nuestro modo de pensar limitado.
“No podemos encadenar la Palabra de Dios con nuestra falta de respeto no sólo a las personas, sino también a la justicia y sobre todo a la reconciliación. Es cuando obramos en este sentido que debemos podemos dar la el testimonio ante todo el mundo que la Palabra de Dios no está encadenada y sigue sigue produciendo muchos frutos”.
Mons. Spiteri consideró que uno de los desafíos más fuertes hoy en día es probablemente el hecho que nuestro mundo huye de todo lo que parece sufrimiento.
“Nuestro mundo rechaza el sacrificio en vez de valle de lágrimas, se imagina un mundo muchas veces solo virtual donde pueda gozar de una vida cómoda, casi sin responsabilidades, con ganancias fáciles”:
Por ello urgió a que Nuestra Señora de los Dolores fortalezca nuestra esperanza y guíe nuestros pasos en este camino sinodal, que la Iglesia de Querétaro está conduciendo con ella, podemos renovar cada día nuestro sí a Dios y nuestra fidelidad para seguir consolando con ternura al nuestro prójimo sobre todo a los más desamparados.