Bajo el sol de Vallecas, al Madrid se le hizo de noche sin que entendiera muy bien la razn. Fue un eclipse, al que lleg por su suficiencia ms que por las rotaciones de Ancelotti, despus de empezar del mismo modo que haba acabado los ltimos partidos: a fuego. La sensacin de superioridad fue tal que no entraba en su guion la rebelin de este Rayito. Se equivoc. Eso nunca falta en Vallecas, sea para ganar o perder. El empate es la victoria de este nuevo Rayo de igo Prez. Para el Madrid, nada catastrfico, dada su ventaja en la Liga, slo un apercibimiento. Si hay ms, hablaremos de otra cosa y menos de Mbapp. [Narracin y estadsticas (1-1)]

Vallecas siempre concita intensidades, las propias, las ajenas y las de su gente, puro barrio, buen barrio. Ancelotti ya saba lo que es pasar malos ratos en el lugar, pero puestos a buscar ocasiones para dar un enjuague al once, una vez abierta una brecha con el Girona y despus de la Champions, tocaba en Vallecas. Fran Garca, Lucas Vzquez, Modric, Brahim y Joselu accedieron a una titularidad en la que son los menos habituales. Tambin el croata. Aunque hace bien poco nos pareciera anatema, ‘tempus fugit’. No hay mayor certeza, redoblada en el ftbol.

La mano de Ancelotti ha hecho que no haya un desfiladero entre quienes se saben suplentes y los que no, por lo que el Madrid empez en el nivel habitual, intenso en los duelos y con la iniciativa. Le dur lo mnimo, muy poco para ganar. Ese inicio sorprendi a Vallecas, donde lo peor, se supone, se padece cuando las fuerzas estn intactas. La llegada a su banquillo del novel tcnico era, asimismo, un nuevo estmulo, aunque el Madrid lo anestesi con la primera aguja, la aguja de Joselu.

Las jugadas se acaban

La accin del primer gol, antes de llegar a los tres minutos, puso de manifiesto una regla que no se puede olvidar, especialmente si el rival es el Madrid: las jugadas se acaban. Si no, las puede acabar el contrario. Ral de Toms, que regresaba a la titularidad con igo Prez, no slo marr una oportunidad que le regal Lunin en una mala salida de baln, sino que dej la jugada viva para la contra. Brahim pas por dentro a Valverde, lanzado, y su centro fue directo a Joselu. El Madrid en tres sonidos: ‘pim, pam, pum’. No haba nada que sugiriera dudas, pero tuvo que ser el VAR quien permitiera los abrazos blancos.

En el escenario ideal para el Madrid, al equipo de Ancelotti le falt colmillo y arrojo individual. El Rayo, en cambio, puso lo que se le supone y no haba tenido, la intensidad, y con poco igual el partido y comprometi al Madrid. Isi, Trejo, el Pacha Espino y lvaro se hicieron los dueos de los tres cuartos y penetraron, especialmente por la derecha visitante, donde el alma ofensiva de Lucas Vzquez dejaba claros en los que germinaban, adems, las dudas de Tchouamni, central accidental que tuvo un par de accidentes. Normal. Ninguno como el que ocasion con la pelota en los pies ante lvaro, al inicio de la segunda mitad. El madridista corrigi la pifia a tiempo de evitar el gol.

Mu

Muiz Ruiz expulsa a Carvajal en Vallecas.AP

El tanto del Rayo, con el que empat el choque, llegara tras un penalti claro, al desviar con la mano Camavinga un disparo de Trejo. Poco se entiende el suspense del VAR, pero lo hubo. La accin haba empezado al verse superado Lucas Vzquez y encontrar el Rayo un centro limpio. Tras el remate de Trejo, RDT no fall desde los 11 metros. El tanto hizo bueno el cambio propiciado por el Rayo, que ya no se apart de sus constantes para llevar el partido dnde quera. Que pasaran pocas cosas. La pocas, eso s, las provoc el Madrid. Valverde lanz al palo y Brahim explor las oquedades del rea, en un lanzamiento y un envo a Joselu. En la otra costa, slo el susto dado por Tchouamni ante el pcaro lvaro.

Ancelotti busc en un banquillo que en Vallecas era un joyero y llam a Rodrygo y Kroos para sacar del campo a Brahim y Camavinga, hasta entonces de lo mejor en un Madrid plano. Poco despus entr Carvajal, que acab expulsado por imprudencias e impotencia. Las sustituciones no suponan un cambio de sistema, alineados sus jugadores en un 4-2-3-1. Nadie tiene tanto para cambiar los minutos finales y nadie los juega como el Madrid. Lo mejor es no dejarle, que es lo que hizo el Rayo, hasta con Falcao ya sobre el campo. Sin espacios y con Vinicius desconectado, tan slo le quedaba el baln parado, pero Dmitrievski lleg al final de la parbola del comps de Kroos, una parbola que no devolvi al Madrid al sol.