Vi las caras de miles de madridistas al acabar el escandaloso y desastroso partido del Real Madrid y los rostros me parecieron blancos muy plidos. A m, la brillante y esplendorosa goleada del Bara me dio vergenza, porque aniquilaron al Real Madrid como un monigote.
Cuando el Madrid estaba vivo, observamos una presin ofensiva que no se haba visto nunca a Ancelotti. Por poco, con suerte azulgrana, con fueras de fuego al lmite, el Madrid y un desconocido Mbapp, pudieron hacer dos goles por lo menos. El Bara estaba perplejo.
Y sin quedarse en fuera de juego, el francs desperdici otro par de goles que fueron suficientes para quitarlo del terreno de juego. Tambin Vini estuvo sorprendente y con virus de fenomeno, pero desperdici una ocasin mollar.
El Madrid, por ataque, mereci irse con dos goles al descanso. Dicen que tuvo mala suerte, pero Ancelotti jams entender que Vini y Mbapp no son “asesinos” en el rea. Sin un Hugo Snchez, el Madrid perdi el partido. El goleador que no tiene el Madrid, un Lewandowski que ha bebido de la fuente de la juventud, meti dos goles en un par de minutos y uno que era el tercero dio en el poste.
La segunda parte fue un misterio, los blancos fueron un equipo abducido. Se comportaron como muecos para que el Barcelona no tuviera piedad. Ya no exista la eficaz presin primaria. Sin saber jugar al toque con rapidez, con inteligencia y con pases interiores, su ftbol fue al caos.
Ninguno de los diez jugadores de campo pueden generar buen ftbol. Con centrocampistas que slo valen para correr y correr, sin un lder, sin un organizador, cualquier equipo est condenado al infierno.
El Madrid era un cachondeo, un equipo sin patrono, sin ideas, abocado a la exhibicin de un Barcelona de un Flick absolutamente genial. Es un entrenador que roza la perfeccin, hasta como dejar al rival en fuera de juego.
El Barcelona se ha convertido en el mejor equipo actual del mundo. Nadie juega como el equipo de Flick, con jugadores creativos para el gol y para rerse en el Bernabu, que vea a Mbape en el fondo de un averno.
Pero como hace Simeone, Ancelotti destroza a los maravillosos jugadores posicionalmente con una inyeccin de su mediocridad. que es insoportable. Los vuelve locos al quitarles de sus puestos. Llevo quejndome de Ancelotti desde que su presidente le quera echar en Manchester, en otra noche de la vergenza. Escrib que seguir con Ancelotti era como jugar a la ruleta rusa.
Ms de media docena de entrenadores, algunos sobresalientes, Florentino los ech a la calle ante una vergonzosa goleada del Barcelona. Pero ya vern como no se atrever a despedirlo, porque los corifeos echan la culpa a todos menos al culpable que se hace pasar por inocente.
Lo indiscutible es que Flick le ha dado la extremauncin a Ancelotti. Es cuestin de tiempo cuanto durar como entrenador del Real Madrid. Espero que poco.