La exportación de aguacates a Estados Unidos tiene un lado “delicado”, según señala el periodista medioambiental Agustín del Castillo, que cuenta con más de 30 años de experiencia en el periodismo de territorio y de sustentabilidad. “Lo primero que se me viene a la cabeza es el daño ambiental, la destrucción de bosques; y, lo segundo, crimen organizado”, señala durante su conversación con Salvador Camarena.
En este episodio, Castillo asegura que México atraviesa por una crisis “en cuanto al control del territorio”. Considera que el descontrol por parte del Estado del suelo “tiene un gran impacto”, una problemática que, según cuenta, comenzó en la década de 1990, cuando California vio la “brutal crisis” de agua y buscó un lugar para producir el aguacate a un menor coste.
En este tiempo, afirma el periodista, Michoacán —uno de los dos territorios con mayor producción y exportación, junto a Jalisco— “fue secuestrado muy rápido por el crimen organizado” que vio en el fruto “una alta rentabilidad”. Asegura que la intervención de los cárteles es notable en ese Estado, donde los productores llegan a pagar “desde la movilización del producto”, “hasta la prioridad del embarque hacia EE UU”. “[Este tema] está muy visibilizado en el territorio, pero puede que ocurra en otros lugares del país”, afirma.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha respaldado en diferentes ocasiones el fruto producido en Michoacán, y ha defendido que el resto de países pueden estar “tranquilos” al adquirirlo, ya que el control de los carteles no se da en la actualidad. “Lo que está comprobado científicamente es que el mejor aguacate es el de Michoacán”, contaba durante una de sus conferencias matutinas, en la que razonaba sobre “cómo le harían” EE UU y Canadá sin este producto. “La calidad del aguacate que producen no es la misma”, sentenciaba.
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