Febrero 27 de 2020 el miedo parecía el componente principal del aire, la incertidumbre del futuro era casi tangible, los diarios anunciando muerte, encierro, distancia, desabasto, pánico, despedidas, un virus llegó para anunciar un antes y un después en la historia. Hoy se cumplen 5 años que en México se declaró la pandemia por COVID-19.

Una sola enfermedad cortó lazos que creíamos inquebrantables, tan solo en México 334 mil 336 personas perdieron la vida. Lo que la pandemia se llevó es casi tan extenso como lo que nos dejó; aprendimos a amar a la distancia y reconocimos nuestra capacidad de adaptación, los médicos lucharon incansablemente por escuchar un beep en la línea de vida; sin embargo, se enfrentaron a cientos de líneas continuas, asistolia y uno más a la lista.

Esta enfermedad nos robó tiempo, pero también nos dio esperanza, sacó lo peor y lo mejor de cada persona, familias unidas se separaron al enfrentarse al encierro, otros, por el contrario, se unieron para mitigar la angustia, encontramos valor en lo que antes era común, la cercanía nunca fue tan gratificante como cuando pudiste abrazar a esa persona que libró la batalla.

En San Luis Potosí se registraron más de 7,741 muertes por COVID-19, en un panorama ya afectado por enfermedades, delincuencia, el cambio climático, la contaminación, el desabasto de agua, el ruido, la avaricia y el esmog nos enfrentamos a una nueva crisis, una que demostró esa capacidad humana para desafiar los problemas y salir adelante.

Gracias a los doctores que con llagas por los cubrebocas salvaron vidas, a los agricultores que con miedo salieron a cultivar nuestra comida, a los químicos que dejaron todo hasta crear una vacuna que por fin nos mostró una salida, a los maestros que se ajustaron a la circunstancia, gracias a los medios de comunicación que difundieron la información incansablemente para que todos supieran lo que sucedía. Gracias a los repartidores que mantuvieron a flote muchos comercios, a los papás y mamás que con incertidumbre lucharon constantemente por mantener a sus hijos a salvo, gracias a ti que perdiste a un ser amado y aun cuando no pudiste dar un último beso o un último abrazo seguiste adelante y aún sigues luchando.

Parece lejano pensar que un día se agotaron los tanques de oxígeno en todo el Estado, un día tuvimos que hacer videollamadas para no extrañarnos, parece lejano que un virus nos obligó a todos a encerrarnos, hoy son cinco años y contando, pero con fuerza podemos decir que lo superamos. Descubrimos resiliencia y empatía, aprendimos a valorarnos, nuestro siguiente trabajo es intentar jamás olvidarlo.

Kenia Figueroa

¿Cómo viviste esos días? Cuéntanos en los comentarios” 🏥