Desde hace 25 años camina de Querétaro al Tepeyac para agradecer a la Virgen de Guadalupe las bendiciones recibidas 

Por Jahaira Lara 

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A 25 años de caminar de Querétaro al Tepeyac, Herminia Reséndiz Hernández recuerda su primer año en una romería femenil movida por la emoción que le causaba ver a las mujeres peregrinas de su parroquia alistarse para emprender su camino.

Fue así como a sus doce años, junto a dos primas, caminó decidida al encuentro con la Virgen María, en su advocación de la Virgen de Guadalupe, con un poco de temor quizá, pero prevalecía más las ganas de vivir esa experiencia bonita de la que todas le hablaban.

Ahora acompañada de sus hermanas peregrinas del Decanato de San Miguel de Arcángel, no ha detenido su camino; al contrario, con la fe fortalecida y convencida de las bendiciones que le ha otorgado la virgen, camina con agradecimiento al Cerro del Tepeyac. Por lo que este año, recibió la medalla distintiva de 25 años de peregrina.

“Es muy bonito para mí, yo empecé chiquilla cuando tenía doce años y así bendito Dios estos 25 años me ha llevado la fe. Se cansa uno, pero llegas y se te olvida porque estar a los pies de nuestra madre santísima y sentir todo ese amor, con un ratito te conformas”.

Para ella, el mayor testimonio de cómo obra la Virgen María, es su familia; pues actualmente sus hijos y nietos le han seguido los pasos. En este año, tres de sus cuatro hijos y dos nietos, participan en la Peregrinación Varonil, movidos por el amor que le tienen a la morenita del Tepeyac, más allá de imposiciones.

“Este año vengo a dar gracias por mis hijos y mis nietos, que caminan con fe y amor por la Virgen Santísima; pero, sobre todo, por estos 25 años que me permite llegar a su casita”, concluyó.