EL MUNDO accede a varias comunicaciones internas de la Federacin en las que Andreu Camps ordena publicar comunicados por orden de un Rubiales que ya estaba suspendido

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Entre el jueves 24 y el sbado 26 de agosto, la Federacin Espaola de Ftbol vivi, entre las paredes de la primera planta del edificio principal de la Ciudad del Ftbol, un terremoto sin precedentes. Los colaboradores ms fieles de Luis Rubiales trataron de mantener su poder incluso en las horas posteriores a la suspensin de la FIFA, que lleg poco antes de las 14.00 horas de ese sbado. Se encontraron con la oposicin de varios trabajadores de la Federacin, cuyos intentos por imponer la cordura quedan claros en varios chats internos a los que ha tenido acceso en exclusiva este peridico.

Para saber ms

Para saber ms

“Andreu, por favor. Hay que parar esto”. El director de Comunicacin de la Federacin se plant ante el secretario general la tarde del 26 de agosto y le remiti este mensaje por Whatsapp a su telfono mvil. Lo hizo despus de que Luis Rubiales, ya oficialmente suspendido, hubiera ordenado poner en marcha una dursima campaa contra la futbolista Jenni Hermoso. Camps, mano derecha del ya ex presidente, acababa de enviar al DirCom, Pablo Garca Cuervo, un archivo con el borrador de un comunicado que deba hacer pblico la RFEF en el que arremeta con dureza contra la futbolista. Le remiti un borrador en un archivo en formato Word a las 15.37 horas de ese sbado. En el mismo se acusaba a Hermoso, entre otras cuestiones, de “mentir” y “haber sido abducida por el sindicato FutPro”.

Este texto fue finalmente publicado en la web de la RFEF pese a la rebelin interna y eliminado horas despus. La decisin de difundirlo provoc un cisma en el seno de los ms cercanos a Rubiales y desat la oposicin de algunos de sus miembros ms relevantes, que optaron por romper cualquier vnculo con el presidente, que, conviene insistir, a esas horas ya estaba suspendido.

“Parar qu?”, le respondi Camps en tono imperativo por mensaje a Garca Cuervo, dejando claro que no iba a cambiar de opinin ni a tocar una sola palabra. “Pablo, preparad y dar formato a este comunicado y cuando tenga ok -sic- lo publicamos”, le haba ordenado previamente.

EL MUNDO ha accedido a estos y otros mensajes internos intercambiados por los integrantes del equipo de Luis Rubiales durante la crisis que le cost el puesto al ex mximo responsable del ftbol espaol y que obran ya en poder del Departamento de Integridad de la RFEF, que mantiene abierta una investigacin interna. Segn ha podido saber este peridico, en el marco de las pesquisas iniciadas por el propio organismo han prestado declaracin ya numerosos trabajadores, algunos de los cuales han puesto a disposicin de la RFEF sus comunicaciones.

A esta tarde del 26 de agosto se lleg despus de que Rubiales convocara el da anterior (viernes 25) la Asamblea de la RFEF para dar explicaciones sobre lo que haba ocurrido en la final del Mundial. A la cita asamblearia llegaron los responsables de las federaciones territoriales, los seleccionadores y la prctica totalidad de su equipo convencidos de que iba a ser una despedida. No en vano, en una reunin celebrada la noche anterior (jueves 24) algunos de sus colaboradores, y su propio padre, le aconsejaron que dimitiera. “No vas a poder encontrar trabajo si no lo haces”, le dijeron.

Lejos de acatar esta estrategia, Rubiales emprendi una huida hacia adelante, se resisti a abandonar su puesto e impuso una escalada de comunicados contra las jugadoras. La bronca interna empez ya la misma noche del viernes 26. El DirCom habl por telfono con Camps, le mostr su disconformidad con la lnea que se estaba siguiendo y ste le contest que era “una orden directa del presidente”. Camps le emplaz a hablar directamente con Rubiales si no estaba de acuerdo.

“Hermoso, “abducida por el sindicato”

La estrategia beligerante alcanz su cnit la tarde del da siguiente, cuando a pesar del rechazo frontal de Garca Cuervo y de algunos miembros de la directiva, la RFEF difundi a los medios el comunicado explosivo contra Hermoso. “Debemos manifestar que la Sra. Jennifer Hermoso miente en todas las afirmaciones que formula en contra del presidente”, aseguraba el texto. Era la rplica federativa a los pronunciamientos que haba realizado la jugadora, que negaba haber consentido el beso. Es ms, aadi que fue presionada para que declarara a favor del entonces jefe del ftbol espaol.

El texto pergeado por la cpula de Rubiales aluda a las “graves contradicciones en el relato inicial” de la jugadora as como a las graves acusaciones vertidas por la Sra. Hermoso desde que ha sido abducida por el sindicato Futpro”. “Disponemos de todos los informes pertinentes y peritajes que acreditan lo afirmado por el presidente y que vamos a ejercer las correspondientes acciones legales contra todas aquellas personas que estn falseando la realidad y cometiendo delitos muy graves”, abundaba el documento lanzado por Rubiales a travs de la RFEF, cuando ya tena sobre su mesa la suspensin de FIFA durante 90 das. El organismo dirigido por Gianni Infantino conclua en su dictamen que haba causado un dao irreparable a la integridad y reputacin del ftbol a nivel global”.

Encima Jenni ratifica lo del comunicado inventado

Al terminar esa interminable jornada de finales de agosto, con Rubiales ya fuera de la RFEF sustituido de forma interina por Pedro Rocha, y con el comunicado incendiario contra Hermoso retirado de la pgina, algunos trabajadores de la Federacin comentaron su rechazo e indignacin por lo sucedido en esas ltimas horas. “Qu comunicados. Me dan ganas de llorar”, indic el jefe de prensa en ese chat de empleados.

Uno de ellos le replic: “Hace que me sienta un poco sucio. Obviamente somos trabajadores de la RFEF, pero joder… Es que no estamos trabajando para la RFEF”. “Es que estn instrumentalizando la Federacin al servicio de este seor”, terci Garca Cuervo. “Encima Jenni ratifica lo del comunicado inventado”, indic un tercer empleado federativo, aludiendo a que la futbolista insista en que la RFEF haba difundido una nota de prensa previa en la que se le atribuan declaraciones que nunca hizo.