A los arrestados se les imputan delitos de lesiones, atentado contra la autoridad y desrdenes pblicos
Ya haban avisado la noche previa al partido que enfrentaba a su equipo, el Feyenoord, con el Atltico de Madrid en el Metropolitano. Varios hinchas neerlandeses pegaban una paliza a un varn cerca de la calle Cuchilleros que necesitaba asistencia mdica por parte del Samur. La Polica Nacional abra una investigacin para buscar a los agresores.
En el da del partido, los casi 4.000 hinchas estuvieron controlados por los ms de 1.300 efectivos de Polica Nacional, Municipal, as como la presencia tambin de dotaciones de Samur-Proteccin Civil. “Son bastante peligrosos”, deslizaban las fuerzas del orden de unos aficionados que acumulan incidentes por toda Europa.
Entonces, escoltados por los miembros de la Unidad de Intervecin (UIP) de la Polica Nacional ocupaban sus asientos en la parte superior del fondo norte del estadio del Atltico de Madrid. Sin embargo, no sera en ese lugar, donde las fuerzas de seguridad los tenan ms controlados, la zona donde se produciran los fuertes altercados que ya circulan por redes sociales.
Varios aficionados holandeses, que haban volado a Madrid sin entrada, compraron localidades en la zona de los palcos VIP, donde normalmente hay muchos reservados ocupados por grandes empresas. Entonces, tras la derrota del Feyenoord por 3-2 a manos del Atltico de Madrid, se mont una batalla en esa seccin de la tribuna lateral este.
Se desconoce el motivo inicial de la ria, pero en torno a una docena de miembros de la UIP de la Polica Nacional se vieron obligados a intervenir para controlar la situacin.
Ese altercado multitudinario termin con seis detenidos, todos aficionados neerlandeses varones, con edades entre los 50 y los 20 aos menos uno de ellos, menor de edad, que contaba con 17 aos. Se les imputan delitos de lesiones, atentados contra la autoridad y desrdenes pblicos.
Los dispositivos sanitarios tuvieron que atender a cinco aficionados del Atltico de Madrid con heridas leves por los incidentes con estos ultras violentos. A uno de ellos se le observa en las imgenes con la cara ensangrentada.
Dos horas despus de la finalizacin del partido, seis aficionados neerlandeses esperaban un taxi en una parada en las proximidades del Metropolitano. Un taxista, al ver sus bufandas, pasaba de largo lo que provocaba los insultos y gestos obscenos del grupo. A juzgar por lo ocurrido en el palco y en varios de los desplazamientos de esta hinchada, pareca la decisin ms segura.