Batalla simbólica contra las grandes cadenas internacionales de comida rápida
por Consuelo Hernández, Cheli Oh.
El artista Javier Rodríguez, comparte una exposición que mezcla sátira, crítica cultural y arte popular, una lucha de resistencia, una ironía para enfrentar a los titanes del consumismo global.
En esta serie, Javier Rodríguez (Teborimex) convierte a los luchadores mexicanos —símbolos de resistencia, identidad y picardía— en los protagonistas de una batalla simbólica contra las grandes cadenas internacionales de comida rápida.
Rodríguez enfatiza que, con humor negro, doble sentido y albur, las obras desenmascaran los excesos de la industria alimentaria, al tiempo que rinden homenaje a la estética del cartel callejero, la gráfica popular y la lucha libre, que visualmente dialoga con los grabados japoneses del periodo Edo, tomando como referencia a los maestros Utagawa Kuniyoshi y Utamaru Hokusai, así como al universo gráfico del tatuaje tradicional japonés (wabori).
Teborimex, confiesa que esta conexión se complementa con la influencia directa de los maestros de las portadas del “Sensacional de Luchas”, como Pegasso y Gueller, cuyas imágenes definieron una estética gráfica única, cargada de dramatismo y folklore urbano.
El artista agrega que, la exposición explora la búsqueda del sentido de pertenencia dentro de una subcultura del tatuaje que históricamente ha estado ausente o marginada en México, pero que hoy comienza a tomar fuerza y a reivindicar su espacio en el imaginario visual colectivo. Esta mezcla de influencias —japonesa, mexicana, popular y contemporánea— resuena con una conexión antropológica profunda entre culturas, donde los símbolos viajan, mutan y se reapropian desde tiempos ancestrales como por ejemplo en códices, monolitos y estelas.
La primera muestra de esta exposición, lucha de dos a tres caídas sin límite de excesos, se llevó a cabo el 24 de julio en la Galería Libertad.
Para concluir, Rodríguez comenta que la serie está compuesta por piezas construidas sobre bastidores de triplay hechos a mano, intervenidas con técnica mixta: collage de propaganda desechable de comida rápida, acrílico, crayola y aerosol. Estos materiales se combinan en composiciones vibrantes y crudas, que capturan el caos visual del consumo contemporáneo. El resultado es una lucha gráfica sin tregua, donde convergen el pasado y el presente, lo global y lo local, lo sublime y lo vulgar. Aquí, los luchadores no solo reparten llaves y patadas voladoras: reparten crítica, historia e identidad. “México se defiende con máscara, con albur, con tripa y con triplay de tercera.” — Teborimex.