En la hora de las siestas, dos equipos no quisieron despertar a los espaoles en una costumbre sagrada hasta que apareci el jugador que no entiende de cabezaditas. Giuliano es como un coche de radiocontrol que pasa de cero a 100 en un instante. De la que despert el argentino, se termin la tranquilidad, aunque ya fuera ganando el Atltico por un penalti provocado por un fallo de Nianzou. Suyo fue el pase de gol a Almada y dio otro a Griezmann que no concret, aunque anotara el francs dos minutos despus para cerrar la goleada. [Narracin y estadsticas, 3-0]
El duelo haba empezado con una alineacin arriesgada, en busca del toque perdido con la lesin de Barrios. Se la jug el Cholo con lex Baena como acompaante de Koke en el medio y el almeriense se lo tom muy a pecho. Meritorias su carreras para tapar a Peque entrenado por el carril del 10. Tambin verle basculando de banda a banda e intentando tapar huecos en fase defensiva. Pero faltaba algo.
Faltaba se ltimo pase que slo un tipo como el de Roquetas puede dar en el Atltico de Madrid. Esa visin de Griezmann, que empez en el banquillo y sera su recambio, se ha trasladado al 10 rojiblanco. As, con el transcurrir de los minutos, se poda ver el tema de la manta que nunca cubre los pies y la cabeza a la vez. Pero, muy avanzado un atpico primer tiempo en el Metropolitano, donde la posesin fue del visitante y no del local, apareci la magia del centrocampista rojiblanco donde suele mostrarse.
El primer toque de varita fue un pase en profundidad desde la frontal a Sorloth que el noruego estrell en el pecho de Vlachodimos. El segundo fue cinco minutos despus y el destinatario fue el mismo. En esta ocasin, el ariete cedi de pecho a Nico para que el argentino reventara la base del palo. se es el Baena que quera el respetable, el que vale la entrada. Las habilidades del almeriense en campo rival no son ni parecidas a las de campo propio.
Salvados los ltimos diez minutos, el primer tiempo fue bastante plomizo. El control correspondi al Sevilla. Puso ms presin y control de pelota el conjunto de Almeyda que el del Cholo, pero no tuvo ninguna profundidad. No se le contaron paradas a Oblak y apenas cuatro disparos fuera, pero siempre lejanos y desde posiciones poco ventajosas salvo el de Vargas, casi al final. Poco antes, el guardameta sevillista s tuvo que esforzarse cuando Sorloth pein un baln para Nico que el argentino no logr acertar.
Nico remata ante Vlachodimos.EFE
Malas noticias para el Atltico es que Julin lvarez apenas hubiera tocado el baln los primeros 45 minutos. Aunque las estrellas ya sabemos que aparecen cuando quieren, y cuando lo hacen, suelen modificar partidos. De hecho, ha tenido muy buenos encuentros por detrs del punta este curso. De hecho, tuvo un cabezazo recin iniciada la segunda parte con un gran centro de Sorloth. Respondi con otro similar poco despus Isaac Romero. La igualdad se mantuvo a la salida de los vestuarios.
Despertar final
A la hora de partido, el diagnstico era muerte por aburrimiento. Incluso el pblico estaba apagado hasta que Nianzou decidi despejar a Gimnez y se encendieron las masas. Hernndez Maeso necesit del VAR, pero una vez en la pantalla no dud tras ver el tatuaje que le hizo al uruguayo el sevillista. Julin lvarez no perdon, como habitualmente y Simeone respondi quitando a Sorloth por Almada y a Nico por Gallagher. Ms control y menos vrtigo.
Ese mensaje lo acept el Sevilla y al minuto ya respondi con un disparo de Gudelj que mand Oblak a crner. Un espejismo. De hecho, ese pasito adelante, ese espacio atrs, lo quiso aprovechar un jugador que nunca duerme. Giuliano no acepta siestas, robo, diagonal, pase atrs y gol de Almada. Es increble la capacidad del argentino para revolucionar partidos dormidos.
Con los suyos despiertos, el partido ya fue una cuesta abajo en la que Griezmann, que haba salido por Baena, no quiso concretar otra asistencia de Giuliano, que le haba dejado slo ante Vlachodimos. Sin embargo, no perdonara poco despus el francs. Quiso el siete sumarse a la fiesta con un disparo cruzado tras una contra con el Sevilla ya volcado. Qu bien viene un hombre que nunca duerme.


