Los casos se repiten cada vez ms. Ral Ramrez, portero del CD Colindres, falleci en septiembre por un golpe en la cabeza durante un partido. El mismo mes, Billy Vigar, excanterano del Arsenal, se dej la vida al chocar contra uno de los bordes de un campo. Antes, en marzo, el chino Guo Jiaxuan, del Beijing Guoan, muri por un rodillazo involuntario en la sien. La historia reciente est repleta de avisos, pero tambin de soluciones. El pasado viernes, Nemanja Gudelj, futbolista del Sevilla, llam la atencin de aficionados y rivales al jugar por primera con una sorprendente cinta en la cabeza. No era de algodn ni por postureo, sino ms dura y por salud. Se llama Proteckthor B1 y ha llegado para ser el casco de moto de los futbolistas, admite a EL MUNDO Carlos Pelayo, uno de sus fundadores.
La apuesta del proyecto de este madrileo es tan sencilla como revolucionaria: una cinta hecha de termoplstico unificado, dura pero ms blanda que el crneo, que absorbe el 93% del impacto recibido en la cabeza, reduce las probabilidades de sufrir enfermedades de la neurona motora y, en su versin ms avanzada, registra en tiempo real los impactos, su gravedad y, por tanto, lo que est sufriendo el cerebro. Cumple con la normativa. El ltimo modelo lo sacaremos el ao que viene y es como si te hiciera un mapeo del cerebro. Podremos decidir en el momento si un jugador debe jugar o no.
Segn un estudio realizado por la Universidad de Glasgow en colaboracin con la FIFA, los futbolistas profesionales tienen cinco veces ms riesgo de desarrollar alzhimer y dos veces ms de desarrollar a parkinson que la poblacin general. La investigacin fue dirigida por el doctor Willie Stewart, que insiste en que los futbolistas tienen mayores ndices de demencia.
“El cerebro no olvida”
Un futbolista profesional remata entre 1.000 y 3.000 veces de cabeza al ao, entre entrenamientos y partidos. Es como una torta en la cabeza, compara Pelayo. Un hbito que, acumulado, es un riesgo silencioso, y que sin controlar, como en colegios o ftbol amateur, se vuelve todava ms daino. El cerebro no olvida, acumula. Tres impactos leves pueden terminar siendo moderados. Y no se trata slo del baln. Un choque cabeza contra cabeza puede requerir meses sin jugar, explica Pelayo. La realidad, sin embargo, nos dice que los futbolistas vuelven lo antes posible al csped para seguir en el partido.
Jeff Astle, ex jugador del West Bromwich Albion, es el smbolo de esta problemtica. Falleci en 2002 por la llamada ‘herencia de pgil’. Su familia haba notado cambios drsticos: olvidos constantes, desorientacin, incapacidad para recordar los nombres de sus propias hijas. Tras su muerte, pidieron que le abrieran el crneo, cuenta Pelayo. El diagnstico cre un precedente: encefalopata traumtica crnica. Su cerebro estaba destrozado.
Desde entonces, cada vez ms futbolistas se someten a anlisis y pruebas para descubrir el alcance de los impactos diarios con el baln. Y el resultado preocupa: Los futbolistas profesionales tienen cinco veces ms probabilidades de padecer Alzheimer y el doble de Parkinson que el resto de la poblacin, seala Pelayo. A los 40 aos tienen enfermedades que deberan tener con 80 o 90, aade. Cuando te ensean la frente, casi todos tienen cicatrices.
Con el Mikasa en los 90 era peor, pensarn ustedes, que se cruzaron con el baln-piedra ms mtico de la historia del ftbol espaol. Pues se equivocan. El Mikasa, pesado y lento, afectaba menos al cerebro que una pelota actual. Es peor la velocidad que la fuerza. Si el baln pesa ms, parece que el impacto es ms grave, pero para el cerebro es mucho peor la velocidad.
Pelayo y su equipo analizan la sangre de los jugadores para detectar las protenas liberadas tras los impactos, un indicador de dao neuronal. Adems, han realizado pruebas de reflejos que demuestran que en muchos casos los futbolistas tienen menos capacidad de reaccin o tardan ms en realizar una cuenta matemtica bsica que una persona normal.
Pero la batalla no es solo tecnolgica, es tambin cultural. Para un club, un futbolista es un producto que dura dos, tres o cuatro aos. Lo que le pase a los 40 no es su problema. Dice que sigue las normas de la FIFA y listo, critica Pelayo, que recuerda el caso de Gavi, que sufri un golpe en la cabeza y no saba dnde estaba.
Se observa, adems, el negocio ms all de la salud. No hay mayor espacio publicitario que la cabeza de un futbolista. Vale ocho veces ms que el resto de la equipacin. En el futuro podramos poner publicidad en la cinta, reconoce sobre un producto que absorbe hasta el 93% del impacto en zonas crticas y no otorga ms fuerza a los cabezazos. No es doping tecnolgico, bromea.
El proyecto de Proteckthor ha recibido un gran impulso en los ltimos meses. La estn probando jugadores como lvaro Morata y diferentes clubes de divisiones inferiores del ftbol espaol, ha levantado casi dos millones de euros entre rondas de inversin y ayudas pblicas y representar a Espaa en la final internacional de los prestigiosos premios al emprendimiento Global eAwards de la Fundacin NTT DATA. Logros que les acercarn todava ms a la industria del ftbol. Vamos a trabajar con varios clubes en sus canteranos, realizando anlisis con y sin cinta para valorar el impacto en adolescentes, finaliza. Una revolucin.



