Ciudad Juárez, Chih. Entre reclamos a la gobernadora María Eugenia Campos Galván y al fiscal estatal, Roberto Fierro Duarte, por parte de familiares de los 10 custodios asesinados el domingo por un comando de la banda delictiva Los Mexicles que irrumpió en el Centro de Reinserción Social 3, y de dos policías ministeriales ultimados un día después, ayer se llevó a cabo un homenaje de cuerpo presente.

La mandataria panista, quien reapareció después de tres semanas de no tener actividades públicas o de gobierno, culpó de los recientes acontecimientos violentos a administraciones estatales pasadas, entre ellas la de su correligionario Javier Corral Jurado (2016-2021).

“Llevamos años viviendo la cruda de una borrachera de indolencia, omisión y de falta de escrúpulos; no estoy justificando absolutamente ninguna situación, pero quiero poner a los juarenses en el contexto real donde estamos parados”, señaló.

Campos Galván ha recibido críticas de ciudadanos por fijar su postura –12 horas después del asalto al penal y posterior motín por el cual 30 reos escaparon– en un mensaje en sus redes sociales, y por no acudir personalmente a encabezar las diligencias.

Diputados locales de Morena y activistas reprocharon que luego de la agresión a civiles, entre ellos mujeres y niños, cometida el 11 de agosto pasado y ordenada, según la fiscalía de Chihuahua, por Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, El Neto, cabecilla de Los Mexicles –uno de los reos que se evadió–, no se trasladó a éste a una cárcel de mayor seguridad ni se cateó su celda, donde se descubrió que tenía armas, drogas y un millón 700 mil pesos en efectivo dentro de una caja fuerte.

Alrededor de las 10:20 de la mañana de ayer comenzaron a llegar a la explanada del astabandera del parque El Chamizal carrozas con los cuerpos de los oficiales caídos, escoltados por unidades de la Secretaría de Seguridad. Ya los esperaban un centenar de familiares de las víctimas, la mayoría madres, esposas e hijos, quienes comenzaron a llorar cuando se hicieron sonar las sirenas de las patrullas.

Ahí fueron colocados los féretros con las imágenes de los custodios Édgar Omar Hernández García, Domingo Trejo Serrano, Guadalupe Gámez Galán, Jaime Arciniega Alvarado, José Ausencio Pérez Puentes, Carlos Ernesto Salinas Bañuelos, Abel Juárez Hernández, Carlos Santiago Padilla Silva, Manuel Rodríguez Soria, Víctor Hugo Rivera Meraz, así como de los agentes Édgar Ramírez Ramírez y Omar Eduardo Posada Cárdenas.

La bandera fue izada a media asta en señal de duelo, y se escuchó el último pase de lista para los 12 elementos de seguridad, además de tres descargas de salvas en su honor.

“¡Es una pinche burla!”, gritó una mujer entre las esposas, madres, hijos e hijas de los policías caídos, antes a la guardia de honor. La gobernadora María Eugenia Campos encabezó el homenaje y un minuto de silencio ante los féretros.

Buscó dar el pésame a los familiares con la entrega de una placa de madera y lámina como reconocimiento; algunos deudos la abrazaron; la mayoría lloraban y apenas atinaron a responder el saludo o se mostraron indiferentes.

A mitad del discurso que dio la mandataria panista, algunos familiares exigieron justicia a gritos; pidieron que los asesinos sean capturados y juzgados. El hijo de uno de los custodios dio la espalda a las autoridades durante la guardia de honor, y permaneció de pie frente al ataúd de su padre hasta que concluyó la ceremonia.

Campos Galván manifestó a los dolientes “que no están solos” y dijo “ser su aliada, amiga y hermana, y los invito a que en este momento de lamento y profundo dolor nos demos la oportunidad de pensar en nuestros elementos caídos como héroes”.

Después del homenaje, la gobernadora culpó de la corrupción en el Cereso 3 a su antecesor, Javier Corral Jurado, y reprochó la complicidad de las autoridades carcelarias con Los Mexicles, organización perteneciente al grupo Gente Nueva, brazo armado y operativo del cártel de Sinaloa.

Campos evitó informar de los trabajos para recapturar a los 30 evadidos, y sobre la estrategia para recuperar el control en la prisión estatal. “La situación es desgarrante, y no les vamos a decir a esos tipos en dónde vamos con las investigaciones”, argumentó.

Lamentó que le hayan echado a perder el trabajo, ya que “veníamos controlando la situación en Ciudad Juárez, y ahora, con la fuga y el motín cambia la situación”. Igualmente, aseguró que ha habido en la localidad una baja hasta de 25 por ciento en la cifra de homicidios.

Por su parte, el fiscal estatal, Roberto Fierro, dijo: “Sabemos que no hay palabras que brinden consuelo ante estas pérdidas. Nuestros elementos no merecían terminar de esta manera, cuando lo único que hacían era trabajar por los chihuahuenses. Haremos justicia”.