A primera hora del 1ro de enero, los comerciantes comienzan a instalar sus puestos alrededor de las instalaciones del mercado Escobedo para a partir de aproximadamente las 9 de la mañana llevar su mercancía y comenzar con la venta previa al día de reyes.

Desde el primero hasta la madrugada del 6 de enero, los tianguistas, confían en que tendrán una buena venta al finalizar la jornada, comenta Javier, uno de los vendedores de juguete, que años antes de la pandemia, para las 2 de la tarde ya se veía un poco más vacío.

Desde 22 hasta 40 mil pesos, en promedio, fue la inversión que cada comerciante realizó para la venta de sus productos. Hay comerciantes que no todo el año se dedican a vender el juguete, sin embargo cuando es la fecha aprovechan para alzar más su ventas metiendo juguetes a su oferta diaria. La variedad de productos es lo que abunda, pues desde tenis, pijamas, instrumentos, trastecitos hasta juguetes que rondan entre los 2000 pesos es lo que ofrecen.

Al caer la noche llega la hora de prepararse porque el frío y la gente haciendo compras de último momento no se hacen esperar. Los puestos de comida también son parte importante, pues los reyes magos se cansan de su ardua búsqueda, es por esto que hay vendedores ofreciendo por los pasillos café y sopas instantáneas para calmar el hambre.

El trabajo de un comerciante de juguetes no es únicamente en enero, pues Guadalupe Hernández nos comenta que a lo largo del año van cazando ofertas y analizando las series de televisión y redes sociales para conocer cuales son las tendencias en juguetes de este año, sin embargo, si se les llega a quedar algún producto se empaca y se guarda para el año siguiente.

Cabe destacar que los comerciantes han notado una diferencia en sus ventas desde que se comenzaron las obras en 5 de febrero que hacen más difícil el acceso a los tianguis de esta zona del municipio.

Después de las 7pm los puestos se empiezan a abarrotar de gente que pregunta buscando la mejor opción al mejor precio. Al dar las doce de la noche, se encuentra la última oportunidad para vender la mercancía que aún se encuentra en los estantes, con un descuento del 20 al 30 por ciento los comerciantes no pierden la última oportunidad de que su mercancía salga.

Aproximadamente entre una y media y dos de la madrugada, los tianguistas comienzan a desmontar sus negocios, cortando rafia y quitando cables de electricidad.