CELAYA, Gto.- El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha sido superado, porque la gente se queda a dormir afuera de la Clínica 59 desde un día antes con tal de lograr una cita, la cual no es segura porque se le asigna a la Unifila, como sucedió con la señora Elizabeth, quien después de esperar todo el día, se le llamó a las 7:15 de la tarde para decirle que no había alcanzado cita y que volviera al día siguiente.
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En la mañana del miércoles más de un centenar de derechohabientes se congregaron a las afueras de la Clínica 59 de la colonia Los Olivos, y a las 7:00 de la mañana se les pide que entren al área de vigilancia para anotarse en una hoja, según el consultorio y horario, y regresar a la una de la tarde para entregar, hasta entonces, el carnet de citas.
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Después de haberse recogido el carnet, dos o tres personas de cada consultorio son anotadas en la agenda de cada consultorio, pero deberán de esperar a que una persona anotada con cita previa no asista, para así darle oportunidad a ingresar con su médico o doctora.
El resto de los derechohabientes de cada consultorio son anotados en la Unifila, en donde, en un segundo filtro, serán llamados hasta que el médico haya atendido a sus pacientes con cita previa, y a los dos o tres que fueron anotados poco antes.
A las personas anotadas en la Unifila se les informa que no es seguro que tengan su consulta, y se les pide que esperen hasta ser llamadas con un altavoz; y en caso de que hayan pasado todo el día y después de las siete de la tarde noche se les informa que no alcanzaron, se les pide que regresen al día siguiente, y repitan el mismo procedimiento de madrugar.
Cuando el derechohabiente insiste para ser atendido, se le pide que pase con el director administrativo, quien de forma cortante sólo se concreta en informar que no hay lugar, que acuda al siguiente día o que pida la cita por teléfono.
En respuesta, las personas explican que ya han intentado, pero les dicen que no hay lugar, y recomiendan que se presenten a su consultorio, pero la asistente del consultorio recomienda que llame por teléfono, y entonces el derechohabiente debe repetir el calvario.
Más de una persona, en su mayoría mujeres, confirmaron que el problema de tener que hacer fila se debe a que al solicitar cita por teléfono o a través de la página del IMSS, siempre se informa que no hay espacio, y recomiendan presentarse a su consultorio, pero cuando se hace, la asistente lo manda a solicitar la cita por teléfono, y por ello la gente, cansada de llamar por teléfono sin resultados, decide acudir desde muy temprano para hacer fila, incluso hay derechohabientes que llegan desde las doce de la noche de un día antes y se quedan a dormir.
Cabe señalar que si un adulto mayor pide su cita directamente en el consultorio, la asistente sólo puede agendar la cita si es diabético o sufre de hipertensión, de lo contrario, aunque siendo adulto mayor, debe madrugar para hacer fila y anotarse hasta las siete de la mañana en hojas que se dejan en la entrada, con la advertencia de que no es seguro ser atendido.
La señora Elizabeth contó que desde muy temprano tuvo que tomar taxi para llegar a la Clínica 59 de Los Olivos, esperó hasta que abrieron a las siete de la mañana, se anotó, regresó a casa, volvió a la una de la tarde, le recogieron el carnet, y a pesar de que en la hoja del consultorio en donde se había anota había sido el número seis, a las dos primeras personas fueron anotadas en la agenda del doctor, y las demás la mandaron en la Unifila, pero en su caso le tocó el número 24.
“Esperé todo el día, sin comer. En las primeras dos horas llamaban a muy pocos de la Unifila. Como a las cuatro empezaron a llamar a más. A las cinco pregunté que cuándo me tocaría, y me dijeron que era el número 24, que habían pasado solo cinco y que no era seguro que pasara. Pero aún así esperé”, comentó.
Entre las seis y siete empezaron a llamar a más, y tuvo la esperanza de que en cualquier momento pudiera ser llamada, y cuando la llamaron, a eso de las 7:15, fue para decirle que ya no iba alcanzar, que volviera al siguiente día.
“Sólo quedan tres posibles candidatos, pero tampoco es seguro que alcancen”, le dijo la encargada de la Unifila, y al ver su molestia e insistencia, le pidió que pasara con administración, en donde la encargada, de forma tajante, les dijo a todos los que habían quedado sin ser atendidos, que regresaran al día siguiente.
En otros casos, señoras y señores, incluso de la tercera edad, comentaron que ellos habían hecho fila desde las doce de la noche de un día antes, para asegurar ser los primeros.
A lo largo de la noche, el 60% de las personas llegan en taxi, lo que significa un gasto para las familias, el 30% en vehículo, y el 10% en camión, tomando en cuenta que el transporte urbano inicia desde las seis de la mañana, pero las personas que utilizan dicho medio, llegan más tarde y les toca ser los últimos en anotarse.