Diego González
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Se ve un panorama complicado por el aumento en la inversión por hectárea para sembrar maíz en el próximo ciclo, señaló Francisco Perrusquía Nieves, presidente de la Unión de Organizaciones del Campo en Querétaro, al tiempo de estimar que, por falta de agua, se dejarán de sembrar algunas hectáreas de maíz.
“Se ve un panorama complicado, difícil; primero, por lo que va aumentar la inversión por hectárea, para sembrar el próximo ciclo, que es maíz, ya casi es puro maíz en Querétaro, maíz para grano, poco frijol”, señaló.
Además, hizo mención del abandono del campo por parte de gobierno federal y consideró que, por falta de agua, también se van a dejar de sembrar algunas hectáreas para maíz.
“No tiene el gobierno tampoco lo que ofreció de manejar a través de Segalmex. Ofrecieron que iban a fijar a través de ellos precios de garantía, no se han dado para ningún producto, para ningún cultivo”, acusó.
Nieves Perrusquía señaló que se tienen casi cuatro años con un grave problema con “la sequía que se dio, que se ha venido dando”, destacando que en 2023 se dio una sequía fuerte y que, aunque en 2024 cayeron algunas lluvias importantes, no fueron suficientes, pues no se pudieron llenar las dos principales presas en Querétaro: San Ildefonso y Constitución.
“Ahorita tienen muy poquita agua, ni la mitad de agua tienen ahorita. Esto sí refleja un problema complicado en la zona de riego, que en el valle de San Juan del Río que incluye parte de Tequisquiapan, Pedro Escobedo, inclusive parte de El Marqués, pues generalmente se siembran, del sector ejidal, del sector campesino, en zona de riego, son alrededor de unas 12 mil hectáreas más o menos”, expresó.
Consideró que es problemático, ya que no se pueden sembrar todas estas hectáreas, lo que les ha ido dejando, de alguna forma, menos rendimiento que en otros años, así como menos superficie sembrada.
Nieves Perrusquia explicó que generalmente, en este ciclo otoño-invierno, se sembraban alrededor de 6 mil hectáreas de cebada y trigo, pero ahorita no hay ni 500.
Consideró que esta baja de superficie sembrada, de alguna forma, es un poco por la falta de agua y porque el precio de estos granos no significa una ganancia, “no hay la seguridad de tener un ingreso que les sirva después para el sustento de las familias, mucha gente dejó de sembrar”.