El Bara es capaz de reinar en la locura porque sus carencias siempre las compensa con un comportamiento letal. Le pueden daar los rivales, pero el veneno que les inyecta siempre es letal. La dosis que acab con una voluntariosa Real Sociedad, estrellada en los palos de Szczesny y refugiada en Remiro durante muchos minutos, la llev al campo Lamine Yamal. 60 minutos estuvo sobre el csped, suficientes para comandar la remontada y ser un quebradero de cabeza para los donostiarras. [Narracin y estadsticas (2-1)]
Hansi Flick parece resignado a las ausencias por lesin. Los lamentos no sirven, hay que saber manejarlas. Sin Raphinha ni Joan Garcia, y con la necesidad de proteger a Lamine, entre algodones, Cubars, Ferran o Eric Garca, el alemn no dud en darle la titularidad al joven Dro y apuntalar la confianza de Bardghji. Convencido, o no, de que ese equipo poda asestarle un zarpazo al liderato de LaLiga ante la Real Sociedad, era la apuesta que tena que hacer. El objetivo se cumpli, aunque no fuera fcil.
Los donostiarras se agarraron a lex Remiro para sostenerse en el asedio y pero pronto demostraron que eran capaces de meter el susto en el cuerpo a la grada de Montjuc. Fue Oyarzabal el primero que oblig a Szczesny a desperezarse despus de meses en el banquillo pero, aunque el polaco se lanz, su remate iba desviado. Fue la primera aproximacin de los vascos y la siguiente fue gol. Antes, Remiro sac un brazo salvador que desvi como si fuera un muro el disparo de Rashford desde la frontal del rea. Una parada de reflejos porque la maraa de camisetas rayadas le impidi ver cmo el ingls cazaba la asistencia de De Jong tras un saque de esquina.
Ida y vuelta
Haban pasado 10 minutos y transcurriran otros 20 en los que el Bara, pese al dominio, no consegua daar a su rival. Con vida, la Real le golpe. Busc Oyarzabal por la izquierda a Barrenetxea para que retara, sentara a Kound y pusiera un centro raso que Odriozola, con una aparicin indetectable en el rea, lo empujara al fondo de la red. El lateral, que se vio titular de repente por la lesin de Aramburu, tuvo premio.
Sin embargo, el gol espole al Bara, que se volc ante la impaciencia de Montjuc y tuvo una doble ocasin que salvaron primero Remiro y luego Zubeldia. Un baln centrado de Kound toc en el central y forz al guardameta a la proeza a bocajarro. Su rechazo lo caz Pedri, pero el latigazo lo desvi el defensa. Hasta Bardghji se quiso sumar con un disparo que salv el portero donostiarra, que nada pudo hacer para evitar que Kound volara y rematara el crner del empate al filo del descanso.
No quiso arrugarse la Real y volvi del vestuario dispuesta a apretar las clavijas en un partido abierto, de ida y vuelta. Es lo que hizo Aihen Muoz colndose hasta la lnea de fondo para poner otra pelota perfecta que nadie lleg a empujar. Le sigui Barrenetxea, con un chut algo escorado que atrap Szczesny. Fue entonces cuando Flick, que ya haba sacado a Dani Olmo por Dro, busc a Lamine Yamal. Lo que significa para este Bara el mejor jugador joven del mundo se visualiz en un minuto. Encar a Sergio Gmez -que haba sustituido a Odriozola, lesionado-, lo super y le puso un baln a la cabeza de Lewandowski para que le diera la vuelta al marcador. Si alguien pens que el partido se inclinaba a favor de los azulgranas, se equivoc.
El cabezazo de Kound que vali el 1-1 en Montjuc.
La Real no se acomplej. Oyarzabal complic a Arajo, primero para forzar a Szczesny y, despus, a punto estuvo de cazar una pelota cruzada de Sergio Gmez. Es verdad que Remiro segua apareciendo ante los disparos de Rashford y Dani Olmo, pero esperaban su momento para el empate. Lo tuvo Take Kubo en una contra, con la mala puntera de estrellar el baln en la cepa del poste izquierdo de la portera cul.
Tampoco haba dicho Lamine la ltima, y a la carrera lo lanz Dani Olmo en un cara a cara con Remiro, que se libr por fuera de juego. Nadie se guardaba nada. Si Sergio buscaba la plvora de Sadiq, Flick echaba mano de Ferran Torres. El marcador daba ganador al Bara, pero nadie en Montjuc vea el partido resuelto. Quien menos Kubo, que en una contra perfecta estrell su tiro en el larguero cuando desde San Sebastin se cantaba el gol. De rea a rea, Lamine se escap, asisti a Ferran para que, en lugar de buscar un disparo, se lo sirviera a Lewandowski… que lo envi con tanta potencia al larguero que se dud si haba entrado de rebote.
En la locura, fue Pedri quien entendi que al Bara no le interesaba la locura y trat de ponerle pausa a un partido que, sin brillantez, les eleva al liderato.