El vuelo de Kound no fue el vuelo de caro. No haba sol bajo La Cartuja que derritiera sus alas en forma de melena, slo un dios del fuego, un Vulcano de la pelota que agit en su fragua el carbn del orgullo y la ira para llevar al lmite al mejor equipo del ao en una final trepidante. El Madrid, en cambio, es el mejor en las llamas y el caos, pero, hoy, no es suficiente. La temporada lo ha demostrado. Le falta el yunque y una idea clara de cmo utilizarlo. Todo lo contrario que el nuevo campen de Copa, con el modelo y las herramientas, y la pasin de un adolescente para el que lo mejor est por venir. [Narracin y estadsticas (3-2)]
La conexin imberbe del primer gol es la prueba, Cubars–Lamine–Pedri. Entre los tres abrieron un marcador que cerr Kound para empezar un ciclo con el primer gran ttulo de esta generacin, despus de una Supercopa de chocolate. Un ciclo que entierra otro, el de Carlo Ancelotti, como un general romano en retirada en un imperio que se agota, pese al honor de las ltimas batallas. Es el momento del Csar.
A Florentino Prez corresponden decisiones que ya estn pensadas, pendiente Xabi Alonso de una llamada. La misma que recibi Hansi Flick hace menos de un ao para reconstruir un equipo adocenado. La llegada de Dani Olmo, que ha jugado a ratos, no justifica el cambio. Para acometer ese proceso, el Madrid debe mirarse hacia adentro sin mirar hacia afuera, sin engaarse con el relato arbitral por imprudentes que fueran los colegiados antes de la final de Sevilla. Se trata de cajones diferentes, no se abren a la vez.
Mbapp, suplente
Ese ciclo se cierra, adems, en el ao de Mbapp, el ao que deba mostrar a un Madrid intratable. La realidad es que ha acabado maltratado por el Arsenal y el Barcelona, aunque en la Copa slo llegara a derrotarle. La providencia, en forma de lesin, quiso que Mbapp no estuviera en el once de La Cartuja. La exigencia le oblig a exprimirse a partir del descanso. Fuera de la Champions, lejos en la Liga y por detrs ya en el marcador de la final, no haba nada que administrar.
La baja del francs llev a Ancelotti a hacer algo que, probablemente, le peda el cuerpo y es huir del 4-3-3 para formar prcticamente en un 4-1-4-1, con Tchouamni como pivote, Ceballos un paso adelante y Vinicius en punta. Rodrygo era un cuarto centrocampista absolutamente irrelevante, tanto que fue el sealado para dejar su sitio a Mbapp. La solucin no funcion, porque el Madrid no trabaja para eso. O corre o muere. Es lo que hizo despus.
Al empezar, en cambio, tuvo enormes problemas para iniciar el juego ante la presin alta del Barcelona, lo que oblig a Courtois a sacar en largo, y falta de claridad para encontrar a un Vinicius solo, ofuscado y sin precisin. La primera vez que tir entre los tres palos fue tras el descanso. Era tambin la primera vez del Madrid, sometido a un dominio total del Barcelona en el primer tiempo. Szczesny gan el duelo al brasileo en una doble parada.
Los futbolistas del Madrid, abatidos, tras el gol de Kound.
Flick no hizo experimentos y solucion sus bajas con lo que ms ha probado en la temporada, Ferran Torres por Lewandowski y Gerard Martn en el lateral izquierdo. Era el punto ms dbil del Barcelona, pero la inoperancia de Rodrygo acab por hacerle crecer en confianza.
Asencio cort un centro mortal de Raphinha y Courtois sac una mano de gigante ante un remate de Kound antes de que Cubars viera la carrera de Lamine Yamal. La ruptura de lneas con pases verticales es una de las especialidades del central. Lamine bail con Fran Garca y se tom una pausa, la justa para que la llegada de Pedri, certero en el lanzamiento all donde Courtois no pudiera llegar. El crecimiento del canario esta temporada ha sido colosal, en el liderazgo y en su capacidad fsica para estar en todas partes, con el don de la ubicuidad, y decidir bien. Es tambin lo que distingue a Lamine, sin el protagonismo de otras veces, pese a su pelo coloreado, como un dios pagano.
Presionar, correr, atacar..
Ancelotti necesitaba activar a los suyos, desesperado en la banda, donde haba sido ya amonestado. Quizs pens que eso tambin poda levantar a su gente, narcotizada la grada por el dominio azulgrana. La temprana lesin de Mendy, que haba forzado para jugar pero cay a los ocho minutos, haba sido ya el primer hndicap para el tcnico.
La primera decisin fue llamar a Mbapp. Para eso haba llegado al Madrid, para estos momentos, para el riesgo si era necesario. La salida, tras el descanso, fue como una puncin en el sistema nervioso del equipo. Lleg entonces ese disparo inicitico de Vini. Empezaban a pasar cosas en el rea azulgrana. Para el Bara no parecan importantes. Se equivoc. Lo seran.
Haca falta ms y lleg el turno de Arda Gler y Modric, y haca falta presionar, correr, lanzarse, atacar, ser el Madrid, en pocas palabras. El cambio trajo las llegadas y, finalmente, una falta en la frontal. En esas circunstancias, era como encontrar una veta en una mina. Mbapp lanz cruzado y, tras tocar en el palo, lo que pareca imposible se hizo realidad. Tan imposible, despus de lo observado en el primer tiempo, que los azulgrana quedaron en estado de shock, expuestos y superados por los madridistas, lanzados entonces al espacio.
Courtois no alcanza el disparo de Pedri, en la accin del 1-0.
Una llegada de Vini dej el centro que Mbapp lanz fuera, pero la tendencia haba cambiado. Tchouamni la consum a baln parado, porque en todo era superior en ese instante el equipo blanco. Ah tuvo la Copa a su alcance el Madrid, pero espacio por espacio, no aprovecharon ms los suyos y dej que lo hiciera Ferran Torres en la llegada aislada de un Bara que peda oxgeno.
Pudo hacer el pleno en otra ms, pero la cada de Raphinha no se haba producido por la falta de Asencio, sino que el azulgrana la haba simulado. De Burgos Bengoetxea seal penalti, ya en el tiempo aadido, pero tras minutos de suspense fue a verla la jugada en el monitor y la anul, mientras la aficin del Barcelona insultaba a Florentino. Nada se olvida.
La prrroga empezaba del mismo modo, con el equilibrio que no tuvo el inicio, pero con el desenlace que ese mismo inicio apuntaba, cuando Kound aprovech un error del infalible Modric y, como caro, atraves el cielo sin quemarse mientras arda el Madrid de Ancelotti.